Sub expuesto
(Sobre la sub exposición en la fotografía y su
influencia en la pintura).
La fotografía
liberó a la pintura de la atadura de copiar la realidad, pero también hizo
posible descubrir efectos no perceptibles por el ojo humano, que ajusta el
enfoque y la luz cuando mira a un paisaje con diferentes calidades lumínicas.
Nosotros no podemos mirar al sol directamente pero la lente sí. Nuestro ojo lee
el paisaje por secciones y analiza los detalles, en cambio la cámara,
paradójicamente en su limitación lo ve todo de una vez.
Las
limitaciones de fidelidad y calidad tonal de las primeras cámaras provocaron el
descubrimiento del alto contraste en la pintura. Mientras que a mediados del
siglo XIX, el francés Gustav Le Gray, curiosamente entrenado como pintor,
sobreponía dos negativos con diferentes exposiciones en una misma impresión
para así lograr su célebre serie de marinas, el pintor mexicano José María
Velasco pintaba paisajes “realistas” en los que detallaba minuciosamente cada
elemento, lo cual le daba a la pintura un aire de irrealidad, casi como si
luces artificiales alumbraran ciertas partes del cuadro. El claroscuro en el
paisaje fue un concepto ya asumido para los pintores de generaciones
posteriores, claramente demostrado en el imperio de las luces de Magritte.
Como artista
visual me interesa estudiar las relaciones entre fotografía y pintura por lo
que en base a la anterior investigación intervine un libro de fotografías de la
obra de Velasco en el que bloqueo con pintura negra cada una de las 96 imágenes
por debajo del horizonte y dejo los
cielos (sujeto en el que Velasco era un maestro) creando así un efecto de
fotografía subexpuesta.